Trump 2024: El Imperio contraataca desde sus escombros

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Trump 2024 El Imperio contraataca desde sus escombros. La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa.

La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no es más que el último estertor de un imperio en análisis que se niega a aceptar su inevitable caso.

La victoria del caos

Con 277 votos electorales y casi 71 millones de votos populares, Trump ha derrotado a Kamala Harris en una victoria que desnuda las contradicciones del sistema político estadounidense. El magnate, procesado por la justicia y artífice del intento de golpe del 6 de enero, regresa al poder con un control sin precedentes: ambas cámaras del Congreso y un Tribunal Supremo a su medida.

Las grietas del sistema

¿Cómo explicar esta aparente paradoja? La respuesta está en las mismas entrañas del capitalismo estadounidense:

  1. La economía, siempre la economía : Mientras Wall Street celebraba récords bajo Biden, la clase trabajadora sufría una inflación galopante. Trump, cual buitre oportunista, supo capitalizar este descontento con su ya conocida demagogia.
  2. Gaza como catalizador : El apoyo inquebrantable de Biden al genocidio palestino ha alienado a la base progresista demócrata. Los jóvenes, musulmanes y minorías étnicas han dado la espalda a una Harris que representaba la continuidad de esta política imperialista.

La dialéctica del poder imperial

Por tercera vez consecutiva, Estados Unidos cambia de presidente, un síntoma inequívoco de la crisis estructural que atraviesa el imperialismo estadounidense. La clase dominante, dividida y desorientada, oscila entre diferentes estrategias para mantener su hegemonía global, mientras China continúa su ascenso imparable.

El futuro es ahora

El «trumpismo 2.0» no es más que la manifestación grotesca de un imperio que se resiste a morir. Con un poder sin precedentes y sin contrapesos institucionales, Trump personifica la última batalla de una superpotencia en declive.

Las contradicciones se agudizan, y la lucha de clases se intensifica. La pregunta no es si el imperio caerá, sino cuándo y cómo. Y mientras tanto, los trabajadores estadounidenses siguen pagando el precio de esta agonía imperial.

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