La Vejez Mercantilizada: Fondos Buitre Devoran el Cuidado de Nuestros Mayores

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En la España del siglo XXI ni siquiera la vejez escapa a las garras de la especulación. Los fondos buitre, esas entidades financieras que se alimentan de la miseria ajena, han puesto sus ojos en un nuevo festín: las residencias de nuestros mayores.

El Negocio de la Senectud

En la última década, 84 residencias privadas han sido engullidas por fondos de inversión extranjera, convirtiendo el caso de la vida en un negocio lucrativo. Desde 2007, el precio de una cama en estas instituciones ha experimentado un aumento del 28%, una cifra que hace temblar los fundamentos de la dignidad humana.

El panorama es desolador:

  • Domus Vi (fondo ICG): 18.428 camas y 750 millones de euros de ganancias
  • Vitalia Home (fondo CVC): 7.181 camas y 183 millones de euros

¿Acaso el valor de nuestros ancianos se mide ahora en euros por cama?

La Precarización como Modelo de Negocio

Mientras los números en las cuentas bancarias de estos fondos se inflan, las condiciones laborales de quienes cuidan a nuestros mayores se desploman. Sueldos míseros y horarios infernales son el pan de cada día en estas residencias, donde el mantenimiento de las instalaciones se limita a una capa de pintura que oculta la decadencia.

La Pandemia: El Gran Negocio de la Muerte

La crisis sanitaria del COVID-19 desenmascaró la crueldad de este sistema. DomusVi, Orpea y Amavir, responsables de 2.512 fallecimientos en los dos primeros meses de la pandemia, ahora proyectan abrir 36 nuevos centros con 5.071 camas. ¿Es esta la lección que han aprendido? ¿Más muerte equivale a más beneficio?

El Estado: Cómplice Silencioso

La Ley de Dependencia de 2006, lejos de ser una solución, se ha convertido en el caballo de Troya que ha permitido a estos fondos infiltrarse en el cuidado de nuestros mayores. El Estado, en lugar de proteger a los más vulnerables, ha abierto la puerta de par en par a la especulación más despiadada.

Un llamado a la acción

Como sociedad, no podemos permanecer impasibles ante este atropello. El cuidado de nuestros mayores debe ser un servicio público, no un negocio privado. Es hora de alzar la voz y exigir:

  1. La nacionalización de las residencias privadas.
  2. La prohibición de la participación de fondos buitre en el sector de cuidados.
  3. La mejora de las condiciones laborales de los trabajadores del sector.

No permitamos que el capitalismo se convierta en el último capítulo de la vida en un sórdido equilibrio contable.

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