La juventud española frente al muro de la vivienda

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La juventud española frente al muro de la vivienda. El sueño de la vivienda propia se ha convertido en una pesadilla kafkiana.

El sueño de la vivienda propia se ha convertido en una pesadilla kafkiana para la juventud española. Mientras los buitres capitalistas se ceban con nuestro derecho fundamental a un hogar, el sistema nos condena a una precariedad laboral que hace de la emancipación un chiste de mal gusto.

La farsa de la «libertad» en el mercado inmobiliario

El informe del Consejo de la Juventud de España ha puesto sobre la mesa una realidad que ya conocíamos, pero que duele como una puñalada: solo el 15,9% de los menores de 30 años han logrado emanciparse. ¿La razón? Un mercado inmobiliario depredador que ha convertido la vivienda en un lujo inaccesible.

Para que un joven pueda alquilar sin hipotecar su vida, el alquiler debería rondar los 380 euros. La realidad es un escupitajo en la cara: 850 euros de media, llegando a 1.200 en las grandes urbes. ¿Quién se beneficia de este expolio? Los mismos de siempre: bancos, fondos buitre y la clase parasitaria que vive de la especulación.

La trampa de la precariedad: el yugo moderno

El problema de la vivienda es solo la punta del iceberg de un sistema diseñado para mantenernos sumisos y explotados. Más del 60% de los jóvenes trabajan con contratos temporales o a tiempo parcial, malviviendo con un salario medio de 985 euros netos al mes.

¿Y qué nos ofrecen como solución? El falso oasis del emprendimiento. Nos venden la moto del «sé tu propio jefe», cuando la realidad es que un tercio de los autónomos menores de 35 años apenas llega a fin de mes. La cotización mínima de 290 euros es la puntilla que remata el sueño de la independencia.

El coliving: la nueva forma de explotación habitacional

Como si no fuera suficiente humillación, ahora nos quieren vender el «coliving» como una opción de moda. ¿488 euros por una habitación? ¿Un 57,3% más caro que hace cinco años? Esto no es compartir, es hacinamiento legalizado. Es urgente que se reconozca esta práctica como lo que es: alquiler de vivienda encubierto, y que se regule como tal.

La lucha es ahora o nunca

La situación es clara: o luchamos o nos ahogaremos en un mar de deudas y precariedad. La crisis de la vivienda es el síntoma de un sistema podrido hasta la médula. No podemos esperar soluciones de quienes se benefician de nuestro sufrimiento.

Necesitamos una reforma radical que ponga fin al control de los bancos y los fondos buitre sobre nuestras vidas. Exijamos:

  1. Construir un parque público de viviendas
  2. Control estricto de los precios del alquiler
  3. Reforma laboral que erradique la temporalidad y la precariedad
  4. Nacionalización de las viviendas en manos de los fondos buitres

La emancipación no puede ser un privilegio de unos pocos. El techo no es un lujo, es una necesidad. Y si el sistema no nos lo garantiza, tendremos que tomarlo nosotros mismos.

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