La inversión es la mejor opción.
Estamos en la vuelta al colegio y para muchos es un quebradero de cabeza. Venimos de finalizar un curso que, por la pandemia, se tuvo que realizar vía online. El esfuerzo de la comunidad educativa en su conjunto, desde los padres a los profesores pasando por los alumnos. Todos juntos han permitido que se pudiese seguir con la mayor “normalidad” posible, dentro de un contexto no muy normal.
Han pasado varios meses desde que terminase ese curso académico y toda la comunidad educativa está en pie de guerra. Desde Cataluña a Extremadura, desde Andalucía a Galicia pasando por Madrid, Murcia, etc. No son movilizaciones de un solo sector, une a AMPAs, sindicatos de profesores y estudiantiles. Recorre toda la comunidad educativa.
La razón de estas movilizaciones es la incertidumbre que se encuentran en la propia vuelta al cole. Nos encontramos unas indicaciones muy confusas en los propios centros.
Por un lado, ocurrió en Madrid en el que la propia institución no dio respuesta clara ni a los centros ni a los padres cuando se había detectado un positivo de COVID en distintos colegios.
Por otro, los profesores y estudiantes se han encontrado incapaces de poder mantener en todas las aulas la distancia de seguridad, no había espacio suficiente para poder realizarlo. Aunque se diga por papel de que se cuidará todas las medidas para evitar contagios, es evidente que no sirve.
Por un lado, hay una ratio enorme. Aquí CCOO es claro, faltan profesores. Concretamente, más de 165 000 profesores e infraestructuras suficientes para poder bajar las ratios. Falta personal de limpieza para que pueda llevar las tareas de desinfección en las aulas, hoy más necesarias que nunca. Por supuesto, falta inversión en sanitarios y en estos responsables de covid que habría en cada centro.
¿Y de dónde sale todo esto? Primero quitémonos de la idea una cosa. Que no hay dinero. Es falso. España es el cuarto país de la zona euro y distintas empresas del Ibex35 como Telefónica siguen generando beneficios. Y han estado repartiendo dividendos y beneficios. La redistribución de la riqueza es un imperativo para que se pueda invertir en educación evitando recortes.
Tenemos capacidades económicas más que suficientes para invertir el 7% del PIB a educación. Considerarla primordial y principal por todos los gobiernos. Solo desde aquí, con la inversión anterior, se podría invertir en docentes para bajar las ratios; en personal de limpieza para desinfección.
En resumen, lo que hace falta es inversión, inversión e inversión.