La hipocresía detrás de los memes políticos

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En el circo mediático de la política estadounidense, los memes se han convertido en la moneda de cambio del debate público. Mientras las redes sociales se inundan de imágenes burlescas de Donald Trump, la maquinaria propagandística del establishment trabaja incansablemente para presentar a Kamala Harris como la salvadora de la democracia. Pero, ¿qué se esconde realmente tras estas caricaturas políticas?

El payaso y la fiscal: una farsa bien orquestada

Trump, el bufón coronado del imperialismo americano, no deja de proporcionar material para la mofa global. Sus últimas declaraciones sobre inmigrantes «comiéndose a las mascotas» en Springfield son solo la punta del iceberg de su retórica xenófoba y reaccionaria. Estas sandeces, lejos de ser simples deslices, son el reflejo de una ideología profundamente arraigada en el racismo y la marginación de la clase trabajadora migrante.

Frente a este espectáculo grotesco, se nos presenta a Kamala Harris como la antítesis racional y sonriente. La actual vicepresidenta, con su pasado como fiscal y su oratoria bien pulida, encarna la imagen del «imperialismo con rostro humano» que tanto gusta a los liberales biempensantes.

Más allá de la sonrisa: la verdadera cara del imperialismo demócrata

Sin embargo, detrás de esa fachada de civilidad y corrección política, Harris esconde una realidad tan siniestra como la de su contraparte republicana. Mientras los medios se centran en ridiculizar a Trump, pasan por altas declaraciones como las de Harris sobre mantener el apoyo militar incondicional a Israel en su genocidio contra Gaza.

La vicepresidenta, con una sonrisa impecable, afirma sin tapujos que no cambiará la política de envío de armas a Israel. Esto, en un contexto donde más de 41.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han sido masacrados en una vez meses de bombardeos incesantes. La administración Biden, con Harris como cómplice silenciosa, ha enviado miles de toneladas de munición y acaba de aprobar una nueva entrega de 20.000 millones de dólares en armamento.

La verdadera cara del imperialismo: con o sin memes

Mientras nos reímos de los memes de Trump, debemos preguntarnos: ¿No es igualmente repudiable la postura de Harris? ¿No merece la misma indignación y rechazo una política que perpetúa el genocidio y la opresión, aunque venga envuelta en una sonrisa fotogénica y un discurso políticamente correcto?

La clase trabajadora, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, no puede permitirse el lujo de elegir entre dos caras de la misma moneda imperialista. Ya sea con la bravuconería de Trump o la sonrisa de Harris, el resultado es el mismo: guerras, explotación y sufrimiento para los pueblos del mundo.

Es hora de que la juventud consciente mire más allá de los memes y las campañas de imagen. El verdadero cambio no vendrá de elegir entre dos versiones del mismo sistema opresor, sino de la organización y la lucha contra el imperialismo en todas sus formas, sean estas grotescas o sonrientes.

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