La educación entre el virus y la pared.
Llega el coronavirus y todo se ha trastocado, especialmente en la educación, ya tocada por los recortes que inició Zapatero en 2010. La educación junto con la sanidad y los salarios han sido uno de los pilares fuertemente atacados. De una inversión del 4,6% del PIB pasa al 3,7% del PIB y no solo eso, nos encontramos con la aprobación de la Ley LOMCE. Esta ley supuso que las reválidas se formasen como una criba para la universidad, una pérdida de la capacidad de las AMPAS y demás sectores de la comunidad educativa en la toma de decisiones. Esto se beneficiaba la administración que ponía a dedo al director.
Todas esas medidas significaron una reducción de becas, que las tasas multiplicasen sus precios por diez y con esto, una expulsión importante de estudiantes, sumado a una carga mayor del profesorado debido que “menos profesores deben atender a más alumnos” y dejando sin atención a aquellos con atención especiales.
Esta situación con el nuevo gobierno en parte se ha revertido. Se ve en la derogación parcial de la LOMCE y la nueva ley educativa, la Ley Celaá, que recoge parte de las reivindicaciones de la comunidad educativa. El gobierno de Sánchez empezó a a revertir los recortes de forma escalonada.
El coronavirus ha llegado y ha agudizado los problemas ya existentes en la educación
Para sorpresa de todos, el coronavirus se extiende y se empiezan a tomar medidas como que se cancelasen las clases para evitar contagios y que estas fuesen vía online. Esto, tal y cómo están planteados significa una segregación por desigualdad económica convirtiéndose en un “Quien tiene puede estudiar” y quien no pueda por falta de recursos o porque esos recursos los tiene que compartir se ve perjudicado. Esto afecta en todos los niveles y los más perjudicados son los alumnos no universitarios. Como se puede ver en el colegio público Gabriel Vallseca, en Mallorca, un 90% de los estudiantes por falta de recursos o acceso a internet no pueden estar presentes en las clases.
Eso, se suma a una incertidumbre generalizada en toda la comunidad educativa. ¿Cómo se evaluarán los temarios? En algunas comunidades autónomas, como Andalucía, se han cancelado todo tipo de clases presenciales sin plan concreto para no dejar abandonados a un grupo amplio de estudiantes. Tampoco queda claro cómo se evalúan los exámenes finales. El miedo de repetir curso es generalizado y más al pensar que habrá que pagar más por unas tasas, que ya de por si son un gran peso para nuestros bolsillos, significaría un golpe para muchos.
Quien tiene y puede, atiende a las clases. Quien no por falta de recursos o porque los pocos que tiene tienen que ser compartidos por todos los miembros de la familia, se ve perjudicado.
Estos problemas no pueden esperar y por eso proponemos un aprobado general con posibilidad de un examen extraordinario para subir nota, bajada de las tasas educativa y un aumento de la inversión en becas para que, en la crisis que venga, no se expulse a estudiantes por razones económicas.
Gracias Jesús x tu artículo.
Además del problema de desigualdad q comentas hay otro q me parece importante.
También existe una eesigualdad territorial, por supuesto estoy de acuerdo con las autonomias aunque hay sectores q considero deben pertenecer a la administración central por su importancia tanto social como estratégica, tanto la sanidad como la educación deben ser públicas y por tanto gratuitas y de calidad al tiempo q solidarias. En cuanto a educación esto no está reñido con la autonomía, se pueden hacer calendarios q incluyan cuestiones propias d la comunidad en particular y mantener contenidos iguales para todos los territorios.
Saludos