La chica de Wall Street: Kamala Harris y sus amigos multimillonarios
Hoy vamos a desenmascarar a la nueva «esperanza» del establishment yanqui: Kamala Harris. Sí, esa que nos quieren vender como la salvadora progre frente al payaso naranja. Pero ojo, que esta «Wall Street Girl» tiene más amigos millonarios que todos nosotros juntos seguidores en Instagram.
La sonrisa que enamora… a los banqueros
Desde que Biden tiró la toalla, los medios mainstream se han puesto las pilas para vendernos a Kamala como si fuera la reencarnación de Rosa Luxemburgo. Pero vamos a cortar el rollo: esta tía es tan «izquierdas» como mi abuela es rapera.
Show me the money, baby!
¿Queréis saber quién está realmente detrás de Kamala? Pues agarraos, porque la lista de sus patrocinadores parece el índice Fortune 500:
- Jonathan Gray (Blackstone)
- Marc Lasry (Avenue Capital Management)
- George Soros
- Ray McGuire y Peter Orszag (Lazard)
- Roger Altman (Evercore ISI)
- Robert Rubin (ex-Goldman Sachs)
Y la lista sigue y sigue… ¿Os suena a revolución proletaria? A mí me suena más bien a una reunión de Bilderberg.
Silicon Valley y Hollywood también se apuntan a la fiesta
No son solo los tiburones de Wall Street. Los gurús tecnológicos y las estrellas de Hollywood también quieren su trozo del pastel Kamala:
- Laurene Powell Jobs (viuda de Steve Jobs)
- Reid Hoffman (LinkedIn)
- Steven Spielberg y George Lucas (sí, el lado oscuro de la fuerza les apoya)
- Reed Hastings (Netflix)
¿Kamala menos mala? Ni de coña
Da igual si gana Kamala o el Cheeto con peluquín. Al final, quien manda es el gran capital. Kamala es solo otra cara bonita para el mismo sistema que nos explota y nos roba el futuro.
No os dejéis engañar por su sonrisa o por su supuesto «progresismo». Esta tía representa a la misma élite que nos tiene hundidos en la precariedad mientras ellos se forran.
¿Y ahora qué?
Pues está claro: seguir luchando. Ni Kamala, ni Trump, ni ningún político vendido al sistema va a salvarnos. La única salida es crear poder popular y mandar a tomar viento a todo este circo electoral.
