El mundo de la cultura por la paz

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El mundo de la cultura por la paz. En un mundo donde el imperialismo yanqui y sus lacayos sionistas siguen sembrando muerte.

En un mundo donde el imperialismo yanqui y sus lacayos sionistas siguen sembrando muerte y destrucción, la voz de la resistencia se alza una vez más. El sexto manifiesto «Hay que parar la guerra. Ni terrorismo, Ni genocidio» promovido por Recortes Cero resuena como un trueno en la conciencia colectiva, denunciando los crímenes de guerra del régimen israelí y la complicidad criminal de los Estados Unidos.

La máscara del imperialismo cae

El manifiesto, firmado por miles de personalidades de la cultura y la comunicación, no solo condena los actos terroristas del 7 de octubre, sino que desgarra el velo de la hipocresía occidental, exponiendo la verdadera naturaleza del conflicto:

  • Cerca de 50.000 palestinos asesinados, la mayoría mujeres y niños.
  • Más de 95.000 heridos en una franja de tierra convertida en prisión a cielo abierto.
  • 80.000 toneladas de explosivos lanzados sobre Gaza, equivalente a cuatro bombas atómicas.

¿Y qué hace el autoproclamado «mundo libre»? Guarda un silencio cómplice mientras el Líbano es invadido y Beirut bombardeada.

La farsa de la «democracia» occidental

Mientras los medios burgueses nos distraen con banalidades, el texto del manifiesto subraya la realidad innegable: 75 años de guerra, genocidio y apartheid en Palestina, todo bajo el amparo de los Estados Unidos. La llamada «única democracia de Oriente Medio» viola sistemáticamente la Convención de Ginebra y la Carta de Derechos Humanos con total impunidad.

El llamado a la acción

Los firmantes, entre los que se encuentran figuras como Pedro Almodóvar, Jordi Évole y los líderes sindicales Unai Sordo y Pepe Álvarez, exigen:

  1. Israel debe detener los bombardeos y la invasión de inmediato, cumplir el derecho internacional, retirarse de Gaza y del Líbano, y habilitar un corredor humanitario
  2. Irán debe desistir de cualquier ataque sobre Israel, y el resto países de la región, contribuir a parar la guerra. Hezbolá y Hamás deben también detener sus ataques, y este último liberar de forma incondicional a los rehenes.
  3. Incrementar la presión internacional para conseguir un Alto el Fuego inmediato, al tiempo que se trabaja por un Acuerdo de Paz justo basado en la legalidad internacional y en las resoluciones de la ONU y de la UE, reconociendo el derecho a la existencia de los dos Estados, el palestino y el israelí. La ONU debe mediar como fuerza de paz sobre el terreno.

Pero no se quedan en meras palabras. El manifiesto es un grito de guerra contra la indiferencia, un llamado a la movilización activa por la paz.

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