Diagnóstico: socialdemocracia
socialdemocracia
Querido diario,
-escribe Pedro, la última tarde de verano-
todos tienen la culpa menos yo.
España necesita un gobierno consolidado,
en el que solo mande mi po-
«Se viene una crisis de cojones,
no puede haber un gobierno progresista.»
Me dicen desde la oligarquía.
Y las bases de la OTÁN
están deseando que arrasen
Rivera, Casado y Abascal.
Ya están pensando en recortar,
pensiones, educación y sanidad,
y yo aquí, cruzando los dedos
para no quedar como Zapatero.
¡Es que yo no lo sé gestionar!
La socialdemocracia no resiste seísmos.
Soy la cara guapa del capitalismo;
igual de guapa va a ser la hostia que me voy a llevar.
Ay, la buena de Susanita,
ya me lo advertía…
«Pedrito, no pongas tanto la internacional,
que aunque ahora me vayas a ganar,
te volverá la bofetada como un boomerang.»
Somos socialdemócratas,
decía,
barnizamos el sistema,
esquizofrénicos, psicópatas,
izquierda de palabra,
que cuando llegan las vacas flacas…
Eduardo Manos Tijeras
se queda corto en comparación.
Lo nuestro ya no es traición,
es reincidencia.
Y Pablo Iglesias,
que rechazó un gobierno de coalición,
no es que sea mucho mejor.
Y una vez se ha callado Sánchez,
la autora de este poema os recomienda:
El pueblo necesita
dar una patada estructural,
poner las industrias a trabajar,
Blindar las Pensiones en la Constitución,
Y Redistribuir la Riqueza.