¡Bombazo en la Casa Blanca! Biden se raja y Kamala toma las riendas
El circo electoral yanqui acaba de dar un giro de 180 grados. Biden, el abuelo favorito del imperialismo, ha tirado la toalla. ¿Y quién recoge el guante? Nada menos que Kamala Harris, la vicepresidenta que hasta ahora estaba más perdida que un pulpo en un garaje.
Pero vamos por partes, que esto es más enrevesado que la trama de Juego de Tronos:
Todo empezó hace unos días cuando un francotirador le dio un susto de muerte a Trump en Pensilvania. El tipo falló por los pelos (literalmente, solo le rozó la oreja), pero fue suficiente para que los republicanos lo coronaran como el mesías naranja resucitado.
Y claro, los demócratas entraron en pánico. Biden ya daba más pena que gloria en los debates, confundiéndose más que un jubilado en una rave. Los peces gordos del partido empezaron a presionar: desde congresistas de a pie hasta el mismísimo Obama. Hasta los multimillonarios donantes amenazaron con cerrar el grifo si el abuelo Joe no se largaba.
Al final, Biden ha claudicado. Dice que es por el bien del país, pero todos sabemos que es porque si no lo echaban a patadas. Y aquí es donde entra en escena Kamala Harris, la aspirante a heredera del trono imperialista.
¿Quién es Kamala? Pues una punta dura de pelar. Ex fiscal general de California, se las da de progreso y aliada del Black Lives Matter, pero tiene un historial de defensor a la pasma más chungo que el de un sheriff del Ku Klux Klan. Como vicepresidente de Biden, ha estado más desaparecida que los derechos laborales en una fábrica de Amazon.
Kamala es tan imperialista como el que más. Hace nada estaba en la AIPAC (el lobby sionista) prometiendo armas a Israel como si fueran caramelos. Vamos, que de izquierdas tiene lo mismo que Elon Musk de sindicalista.
Ka película electoral yanqui promete más giros que una peonza. ¿Logrará Kamala frenar al tsunami trumpista? ¿O veremos al naranja mecánico de vuelta en la Casa Blanca? Lo que está claro es que, gane quien gane, el imperialismo seguirá haciendo de las suyas. Así que atentos, porque esto no ha hecho más que empezar.