Los retos de 2025: Un año decisivo
Comienza un 2025 cargado de incertidumbres y tensiones, pero también de oportunidades para transformar la realidad desde la base. Este nuevo año plantea retos enormes, tanto en el plano nacional como internacional, que no podemos ignorar. La lucha por la redistribución de la riqueza y la defensa de los derechos sociales están más vigentes que nunca. Al mismo tiempo, el escenario global exige respuestas contundentes frente al imperialismo y la violencia.
1. Redistribuir la riqueza: La batalla contra la desigualdad
Mientras se celebran cifras de crecimiento económico en los titulares, millones de personas siguen atrapadas en la pobreza o ven cómo su poder adquisitivo se desvanece ante el aumento de precios. La realidad es incuestionable: un cuarto de la población está en riesgo de pobreza, y muchos de ellos trabajan, pero sus salarios no alcanzan para una vida digna.
Entretanto, bancos, monopolios y fondos extranjeros han batido récords históricos de beneficios, consolidando un modelo que concentra la riqueza en una ínfima minoría. El problema no es la falta de recursos, sino su distribución.
La respuesta debe ser clara: recortar los obscenos beneficios de las grandes corporaciones y destinar esos recursos a mejorar los servicios públicos, crear empleo digno y garantizar condiciones de vida decentes. Apoyamos las medidas sociales adoptadas hasta ahora, pero es evidente que no son suficientes. 2025 debe ser el año en el que la redistribución de la riqueza deje de ser una aspiración y se convierta en una realidad.
2. Alto el fuego ya: Paz para Palestina y Ucrania
En el escenario internacional, 2025 será decisivo para dos conflictos que han marcado la agenda global: Palestina y Ucrania. Mientras la ocupación y el genocidio continúan en Palestina, Ucrania sigue siendo víctima de una guerra devastadora.
La posición de España debe ser firme: ni genocidio ni terrorismo. Es imperativo exigir un alto el fuego inmediato en Palestina, abriendo el camino hacia una paz justa. En Ucrania, la solución no puede pasar por premiar al invasor, sino por proteger al pueblo invadido.
3. Blindar las pensiones en la Constitución
El avance en derechos sociales no puede quedarse en discursos vacíos. Si Francia logró blindar el derecho al aborto en su Constitución, España debe dar un paso adelante y garantizar que las pensiones públicas sean intocables. En marzo, Bruselas volverá a presionar para ajustar las cuentas, dejando entrever posibles recortes. Este ataque a las pensiones es, en realidad, un intento de privatizarlas. Nuestra respuesta debe ser contundente: blindarlas en la Constitución para protegerlas de los buitres financieros.
4. El atraco de la vivienda: Un problema urgente
La vivienda ya se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. Alquileres y hipotecas empobrecen a las familias mientras los grandes fondos norteamericanos y bancos siguen especulando con este derecho básico.
El gobierno debe abandonar las medias tintas y actuar con valentía. Es necesario establecer un tope real a los alquileres y construir un parque público de vivienda que rompa la dinámica especulativa. Actualmente, la vivienda pública en España apenas representa el 2%, muy lejos de la media europea del 10%. No podemos permitir que continúe este atraco a la mayoría en beneficio de unos pocos.
2025: Un año para decidir de qué lado estamos
Este año no solo traerá retos; también nos ofrece la oportunidad de construir una alternativa que priorice los intereses de la mayoría frente a los privilegios de unos pocos. La lucha por la justicia social y la paz no puede esperar. Es el momento de organizarse, de movilizarse y de hacer oír nuestras voces.
