Los 37 Saharauis de Barajas
En la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, se desarrolla un drama que exponen la hipocresía y la crueldad del gobierno español. 37 saharauis, entre ellos activistas, familias con niños e incluso una persona con cáncer, están retenidos en condiciones infrahumanas, a punto de ser deportados a Marruecos, donde sus vidas corren peligro.
La farsa de la «protección internacional»
El Ministerio del Interior, en un acto de cinismo burocrático, alega que «cada caso se analiza de forma individual». Sin embargo, la realidad es muy distinta:
- Rachida Amaador , 32 años, suplica no ser entregada a sus verdugos. Su sobrino ya cumple 12 años en una prisión marroquí tras ser deportado en 2019.
- Rabah Bacha , otro de los retenidos, denuncia: «Si nos deportan, vamos a desaparecer. El Gobierno de España es responsable de todo lo que nos pueda ocurrir».
- Una niña enferma de un año y medio y su madre, Rbab al-Tarad Yahi , de 27 años, que sufrió un aborto, han sido negadas de asilo y encerradas nuevamente tras una breve visita al hospital.
La verdad detrás de la burocracia
El gobierno se esconde en tecnicismos, alegando que «ni siquiera hay manera de constatar que las familias retenidas sean realmente saharauis«. Una mentira descubierta, como explica la abogada Fatma El Galia:
«Lo primero que hacemos es solicitar el certificado de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso), un documento que sólo tienen, precisamente, los ciudadanos saharauis».
Incluso la ACNUR y la CEAR han validado la documentación y piden garantizar la «permanencia por motivos humanitarios».
La traición continúa
Este episodio vergonzoso es solo el último capítulo en la larga historia de traiciones del PSOE a la causa saharaui. Hace apenas dos años y medio, Pedro Sánchez dio un giro de 180º, reconociendo la falsa «marroquinidad» del Sáhara Occidental, siguiendo los pasos del imperialismo estadounidense.
La resistencia se organiza
La izquierda parlamentaria, desde Podemos hasta EH Bildu, pasando por los partidos de Sumar, ha alzado su voz en protesta. Pero no es suficiente. Es hora de que la juventud tome las riendas y exija justicia para nuestros hermanos saharauis.
¿Hasta cuándo permitiremos que el PSOE traicione no solo a los saharauis, sino a los principios básicos de solidaridad internacional y derechos humanos? La lucha continúa, y el destino de estos 37 valientes está en nuestras manos.
