Los medios españoles son títulos del capital extranjero
¿Crees que los medios españoles eran realmente españoles? ¡Pues agárrate, porque te vas a caer de culo!
Resulta que los tres mayores grupos mediáticos de nuestro país están en manos de unos cuantos fondos buitre y monopolios extranjeros. Esos mismos que nos cuentan qué pasa en España están controlados desde fuera. Veamos el percal:
- La tele: el dúo tramposo
Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) y Mediaset (Telecinco y Cuatro) se reparten el pastel televisivo como si fuera cosa suya. Controlan más de la mitad de la audiencia y casi toda la publicidad. Pero, ¿quién controla a estos gigantes?
- Atresmedia: El 50,5% está en manos extranjeras. ¿Los culpables? El gigante italiano DeAgostini, el monstruo alemán RTL Group y un montón de fondos yanquis.
- Mediaset: Aquí la cosa es aún peor. El 82,9% es propiedad del magnate italiano Berlusconi y el resto se lo reparten fondos de inversión extranjeros.
- La prensa: El País y El Mundo, colonizados
Nuestros dos periódicos de referencia también han caído en garras foráneas:
- El País (PRISA): El 80% está controlado por fondos extranjeros. Los Polanco han pasado de tener el 71% a un mísero 7,6%. ¡Menudo hostión!
- El Mundo: El 96% pertenece al grupo italiano RCS MediaGroup. Casi nada.
- La gran estafa
Lo más jodido es que nos venden la moto de la «derecha mediática» o la «izquierda mediática», cuando en realidad todos bailan al son que les tocan desde fuera. ¿Te suena el ex director de El País diciendo que su misión era evitar un gobierno de coalición de izquierdas? Pues detrás estaban los intereses yanquis, amigo.
Y no, esto no es una teoría de la conspiración. Es la pura y dura realidad del capitalismo global. Los medios son solo una herramienta más para controlar la información y, por tanto, el poder.
¿Qué podemos hacer?
- Cuestionar todo lo que nos cuentan estos medios título.
- Apoyar medios realmente independientes, que no dependen de grandes fondos ni de la pasta de los bancos.
- Luchar por una información libre y al servicio del pueblo, no de los intereses extranjeros.